LA INEXPLICABLE EXISTENCIA
Esa vez corrí despavorido sin saber a donde ir, lo único que quería era alejarme de ese tormento, en otras palabras escapar. Recorro ese momento en mi memoria y me sigo cuestionando como es que logre huir de esa figura siniestra al final de la escalera. Hay veces en que pienso si esa cosa era real o un producto de mi perturbada imaginación.
Sea como sea, es inútil divagar ahora y la promesa de una vida tranquila hecha a mi yo del pasado está rota, hecha polvo. Cada noche al intentar dormir veo como mi vida poco a poco se extingue, y el dolor de la pérdida me aflige igual que el primer día. Esa siniestra criatura, colosal y espeluznante...la recuerdo.
Su olor nauseabundo era intolerable, su aspecto inquietante, su presencia desgarradora, una imagen de pesadilla creada por la demencial situación de un mundo miserable en el que todos perdemos lo que amamos, tarde o temprano y lo peor es que nunca alcanzamos a superarlo.
Esa criatura se llevó todo de mí, mi ser, mi corazón, mi alma, todo. Devoró hasta el último rastro de mi existencia, escupiendo mis partes a las profundidades del limbo, donde no me resta más que esperar otra vida, solo por la tortuosa eternidad.
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